Lo reconozco, he salido de allí hace cuatro horas y ya os echo de menos.
Este no es un mensaje de agradecimiento, ya os he dado abrazos, besos y la mano a todos y cuantos he podido en persona y también lo hago por aquí para el resto.
Qué me hayáis devuelto a la vida a mi madre y que además esté ilusionada en la nueva etapa, queda para vuestra satisfacción tanto profesional como personal.
Este mensaje es personal como acompañante.
Me habéis hecho sentir querido.
No sabía que eso fuera a suceder.
Os nombraría a todos, pero no me he aprendido todos vuestros nombres aunque lo he intentado.
Habéis hecho vuestra magia, sois geniales.
Una experiencia de vida, enfermedad y muerte que como adulto venía temiendo y preparando, la habéis convertido en algo enriquecedor de lo que estoy muy orgulloso de haber podido compartir con todos vosotros.
Diario de un acompañante en Paliativos.
– Llegada desde el domicilio, con todos los problemas cotidianos a cuestas y un ingreso más de mi madre, otra etapa hasta la meta ya previstas desde hace meses. Una sanitaria (Elena) me explica exhaustivamente en que va a consistir este ingreso mientras su mirada descubre a un paleto que no tiene ni idea de la que se le avecina. Nunca vi una condescendencia más cariñosa. Te adoro.
– Primera comida para el acompañante: cocido. Que cosa más loca. El primer mensaje comienzo a asimilarlo: Estás en familia, te vamos a hacer uno de los nuestros, y como dice mi madre…. Aquí estás recogido.
– Presentación de su médico/a: Núria. En cero coma se erige en líder indiscutible, le hubiera dado la contraseña de mis cuentas bancarias si me las pide a los 30 segundos. Soy de la fe “Nuriana” para los restos, seguro que somo legión.
– Resto de equipo médico… increíblemente asequibles, los haría mis compañeros de mus sin dudarlo, incluso al jefe de servicio que mi madre llamaba “Coto Matamoros”. Si dicen órdago, no lo dudo. Ganemos o perdamos.
– Psicólogos …. Ruth, te adoptaríamos, lo sabes. Juan Manuel, en 15 minutos lograste lo cruzar la línea roja más temida para mi madre e hiciste brillar sus ojos confiando en tus palabras. Mi máximo respeto. No te besé de milagro.
– Trabajadora Social. No se si más trabajadora o más social Eva.. esa forma serena de conseguir lo imposible, ese control de la situación, esa forma de resolverle la vida a la gente……… increíble, estoy en deuda contigo, cuenta conmigo.
– Enfermeria: de dosis en dosis del encanto apropiado, paso a paso hacia la luz, carisma, profesionalidad, seguridad, personalidad, suficiencia, amabilidad, inasequibles al desaliento, recursos infinitos, protección, sinceridad.
– Auxiliares: Paciencia, sacrificio, bondad, belleza, armonía, ángeles custodios, elegantes. Alicia, no puedo olvidar tu gesto a las cinco de la mañana, incubando tu resfriado como apareces infalible para cambiar la cama de mi madre, con tu sonrisa ensoñadora, diciendo que no pasa nada…. Guapa. Qué me disculpe tu compañero/a, por no recordarle pero me impactó tu disposición a pesar de todo, hiciste algo hermoso.
– Celadores y resto de personal…. consejeros, comprensivos, pacientes, esforzados, docentes y decentes, personas antes que personal, buen gesto, actitud, humanidad, humanidad, humanidad. José Luis mi debilidad lo reconozco. Tu edad es la que tu quieras. Un ejemplo a seguir.
– Personal contratado, no distinguible, implicados como los que más, formados, seleccionados, comprometidos, integrados eficientes, suerte para todos.
No hay mucho más que contar por que las sensaciones sucedidas en casi este mes superan lo que puedo escribir, además sois gente auténtica, que se deja de gilipolleces y va a la grano.
Vuestro siempre:
A A M, hijo de T. M. S.