Como alumno en prácticas del Máster de Psicología General Sanitaria, llegué a la Unidad de Cuidados Paliativos de Zamora sin saber qué era lo que iba a encontrarme. El tabú que supone la muerte hace que estos asuntos se intenten evitar e, incluso, ignorar. Más de un centenar de veces puedes escuchar “yo no podría hacer eso”, “tiene que ser muy duro”, “mejor cambiemos de tema”. Lo cierto es que, en pocos meses, podría abordar este tema desde otro punto de vista.
Lejos de lo que puede parecer desde el exterior, puedo asegurar que es una de las labores más gratificantes y satisfactorias a las que me he enfrentado. Debido a la poca (por no decir nula) capacidad que existe de manera general para asimilar el final de la vida, es natural encontrar todo tipo de reacciones en las personas que están viviendo esta situación. El mero acompañamiento de estas personas tiene un efecto enorme en su forma de asimilar y sobrellevarlo.
Para estos pacientes y sus familias, es indispensable la labor de los profesionales de la salud con quienes tendrán que tratar. Respecto a esto, el Complejo Asistencial de Zamora puede presumir de un increíble equipo de profesionales con una calidad humana inigualable. Haber compartido estos meses con ellas ha sido más que enriquecedor, por lo que estoy enormemente agradecido.
Fernando Pérez Nuñez