Durante 8 semanas he tenido la oportunidad de realizar mis prácticas del Máster de Psicología General Sanitaria en la Unidad de Cuidados Paliativos, rotando por la planta del del Hospital de los Montalvos, residencias de mayores y atención domiciliaria. Ahora que esa experiencia ha llegado a su fin, quería tomarme un tiempo para transformar en palabras lo que estas semanas han significado para mí.
Pese a que cuando escuchamos el término “paliativos” imaginamos tristeza y sufrimiento, mi experiencia ha sido que, aunque la tristeza forma parte del proceso, no opaca emociones que, pese a no venirnos a la cabeza con tanta facilidad, coexisten e incluso son más palpables: resiliencia, entereza, gratitud, sentido de propósito, vínculos que se fortalecen y se transforman… Una miríada de procesos humanos complejos que resulta difícil materializar en palabras pero que he tenido la oportunidad no sólo de observar, sino de formar parte.
Estas semanas también me han confrontado con mi propio papel como psicólogo: la importancia de respetar los ritmos y la idiosincrasia de cada persona y de comprobar que, incluso en situaciones delicadas, prevalece la reciprocidad y la dignidad. He aprendido que en paliativos la intervención no siempre pasa por grandes palabras, sino por estar, por escuchar de manera genuina y por ofrecer un espacio seguro donde cada emoción tiene cabida.
No podía terminar esta reflexión sin agradecer a todo el equipo de la Unidad de Cuidados Paliativos: enfermeras, médicos, trabajadoras sociales y, especialmente, a los psicólogos Ruth, Teresa y Juanma que han sido no sólo mis tutores, sino mis compañeros de aprendizaje. ¡Gracias a todos por acogerme con tanta cercanía y por dejarme formar parte del equipo durante las semanas que he estado con vosotros!

¡¡¡ Muchas Gracias a ti de parte de todo el equipo!!!




