Me gustaría expresar mi agradecimiento a la unidad de cuidados paliativos domiciliarios, dirigida por la Dra. Nuria García, junto con la enfermera María José Vicente y la psicóloga Melda Muñoz. Quizás una de las más importantes, a mi modo de ver, para los residentes de Familia. El abordaje del paciente paliativo es algo que al principio puede asustarnos, y es lógico que así sea. Si tenemos la idea, o así nos la han transmitido, de que nuestro objetivo como médicos es la curación, en esta rotación veremos el asunto desde otra perspectiva, y es bueno que eliminemos esa mentalidad. “Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre”, es una máxima que se atribuye a Claude Bernard. Parece que en estos tiempos en los que la Medicina ha conseguido logros hasta hace poco inimaginables, se nos olvida que al final todos somos mortales y que nunca vamos a poder evitar enfrentarnos con el fin último, que es la muerte. Como médicos hemos de saber aliviar, no solo físicamente (esencial) sino también psicológicamente, tanto al paciente como a su familia. Corren tiempos difíciles en este campo, se mezclan intereses y sensibilidades diversas, que no puedo ni quiero mencionar aquí, pero ante un horizonte legislativo incierto, debemos siempre defender la dignidad de nuestros pacientes hasta el final.
Esta rotación despertó en mí un creciente interés por el tema de los cuidados paliativos, motivo por el cual estoy realizando el máster de cuidados paliativos de la Universidad Pontificia de Salamanca. Creo que con todo lo anterior hago un reconocimiento al genial equipo que gestiona dicha unidad.
José Antonio Brioso Rodríguez. Medicina de Familia y Comunitaria (R4). Complejo Asistencial Zamora.