Alicia, derrochaste dulzura, luz y respeto en tu trato a pacientes y familiares de nuestra Unidad…
GRACIAS
“Después de este mes como psicóloga en prácticas en los Montalvos, creo poder afirmar que he aprendido muchas cosas. A nivel personal, esta experiencia ha sido mi toma de contacto para desarrollar las habilidades tan necesarias en esta profesión (la escucha activa, la empatía, el aprender a no juzgar, a comunicar….), para trabajar el duelo y para acompañar a los pacientes y sus familiares en la última etapa de su vida.
El mayor aprendizaje, sin embargo, ha sido comprender por qué el girasol es el símbolo de los cuidados paliativos. “Los girasoles buscan el sol para obtener energía, y a la vez representan vitalidad, amor y positividad ante situaciones adversas”. Pues bien, durante el tiempo que he estado en este hospital, he sido testigo de cómo todo el equipo trabaja conjuntamente para poder ser esa luz para los pacientes. He visto un trato desde el respeto y la honestidad, con el único objetivo de garantizar la mayor calidad de vida posible hasta el último día de sus vidas, reduciendo el sufrimiento y dolor, y promoviendo la autonomía y autoeficacia. Los cuidados paliativos no son nada sin las personas que hay detrás de ellos, y los profesionales de los Montalvos transmiten esa vitalidad, amor y positividad ante situaciones adversas mencionados al relacionarse con el enfermo, lo que para mí ha supuesto la mejor lección posible.
Este viaje también me ha ayudado a entender la muerte como parte de la vida, a romper con el tabú que gira en torno a este tema y, sobre todo, a dar sentido a lo que significa esta profesión y abrazar su importancia en las etapas finales de la vida”
Alicia Rodríguez Pérez
