Experiencia en Zamora

Podría centrarme en lo que me ha enseñado el paso por esta rotación sobre atención psicológica en cuidados paliativos, pero creo que eso son cosas recogidas en los manuales y la experiencia en cuidados paliativos va mucho más allá y nos toca a cada uno de manera personal.

Para mí cuidados paliativos ha significado aprender que cada duelo es distinto y, aun así, que es posible reconocerse en las pérdidas de otros. Ha supuesto practicar cómo entrar en las casas de los pacientes o en sus habitaciones cuando están ingresados, porque hasta algo tan rutinario como esto cobra importancia para la intervención. He comprobado la importancia de pasar el suficiente tiempo con la gente como para que aparezcan esas ventanas entreabiertas que te dejan de vez en cuando, por la que nos podemos colar a intervenir, aunque eso signifique tener que hablar en primer lugar de las cosas que menos esperaríamos. En este sentido, quizás lo más valioso de este aprendizaje para mí ha sido vivir en primera persona una cita que leí en uno de los libros de paliativos y es que hay casos en los que no podemos “curar” tal y como lo entendemos y ni siquiera es posible aliviar, pero sí que podemos estar, y muchas veces eso es lo más importante. 

Y a la pregunta que todo el mundo me hacía cuando se enteraba de que estaba rotando aquí de: “eso será muy duro, ¿no?”. Pues después de unos meses aquí todavía no tengo una respuesta clara, y si tengo una es que “depende” del día, del paciente, de la familia, de la intervención que se pudiese hacer… A veces abandonas un domicilio con necesidad de respirar profundamente para sobreponerte, aunque sea ligeramente, de lo que acabas de presenciar, pero otras sientes alegría por la intervención realizada y porque notas que se ha aliviado parte de la gran carga que tienen los pacientes y familias que se encuentran en estas situaciones. A veces incluso te vas a casa con ambas sensaciones a la vez, por incompatibles que parezcan. Pero si algo tengo claro es que las cosas que se ven en esta rotación suceden a todas horas todos los días y es nuestra decisión como profesionales si queremos formarnos y poner algo de nuestra parte en estos casos o no. Afortunadamente las profesionales a las que he visto trabajar estos meses han decidido estar aquí dando lo mejor de ellas. Me gustaría dar las gracias a Melda por ayudarme a entender lo que significa la atención psicológica en cuidados paliativos y al resto del equipo de cuidados paliativos a domicilio por aclararme conceptos médicos que me han hecho comprender mejor lo que perciben los pacientes y tener una visión más global de los casos. En general, les agradezco a todas ellas por recibirme tan bien y, sobre todo, porque como profesionales han decidido que aunque no puedan “curar” a los pacientes o a sus familias van a estar ahí para ellos.

Lourdes Martín Santos. R3 de Psicología Clínica. Complejo Asistencial de Zamora.

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