El Máster de Psicología General Sanitaria que estoy cursando, me dio la oportunidad de adentrarme en un ámbito desconocido hasta la fecha, la Unidad de Cuidados Paliativos en el Hospital los Montalvos en Salamanca.
Una vez realizadas las prácticas, puedo relatar brevemente una maravillosa experiencia, llena de sonrisas tímidas, lagrimas, abrazos, silencios necesarios, aprendizajes y sobre todo, de personas. Las historias de vida de las personas que he tenido el placer de conocer son la expresión de una lucha. En un primer momento piensas que la finalidad de esa lucha es la de superar una enfermedad crónica o incluso la de sobrevivir a ella. Tras escuchar los relatos de las personas, comienzas a darte cuenta de que su lucha trasciende más allá del aspecto físico. La lucha consiste en aceptar su situación y su destino, sentir paz y tranquilidad por haber comunicado todo lo que llevan dentro, encontrarle sentido a lo que ha sido su vida y el propósito por el cual vinieron al mundo.
Mi transcurso por la unidad también me enseño a apreciar mucho más las pequeñas cosas de la vida. Detenerte por un instante y observar atentamente a lo que tenemos alrededor, lo maravilloso de la vida se refleja en el sonido de la lluvia impactando contra el cristal, la sensación de calor que trasmiten los rayos de sol en la piel o la suave sinfonía del viento agitando las ramas de los arboles. Son estas pequeñas cosas las que aportan luz a aquellas personas que atraviesan situaciones complicadas y las que mantienen despierta la esencia de sus vidas.
Finalmente, me gustaría reconocer la excelente labor que tanto desde el Equipo de Atención Psicosocial como desde el conjunto de profesionales que conforman la unidad llevan a cabo, día a día, garantizando el mejor cuidado integral posible a los pacientes y a sus familias.
Joseba Peláez Guergue